Es importante que cada ser humano tenga encuentros con su clown[1]. Concibiendo al payaso como un ser libertariamente ridículo que se acepta sin prejuicios. Pero cuál es el espacio para que nazca este ser. Este taller se genera desde una exploración profunda para un encuentro de libertad individual desde lo colectivo; a través de un laboratorio de acción, participación y reflexión se indagará sobre el encuentro con el ridículo y la libertad que nos revela. ¿Cómo generar el ridículo –entendiendo que hay una confrontación y una restricción de nuestro actuar sentir y pensar desde la niñez– de forma natural y sin prejuicios? En un principio es necesario lograr confianza consigo mismos y con los compañeros de grupo, de esta manera cada acción será orgánica y sincera, para tal objetivo tomamos el acto ritual como camino para llegar al juego, es por ello que se habilitara el espacio del taller – desde lo sensoria: visual, sonoro y aromático–  para que se genere este encuentro. A través de la música –pre grabada y en vivo– se evocará sentimientos y pensamientos de libertad por medio del baile ridículo, pasional y emotivo; posteriormente, desde el juego en el centro de experimentación corporal se despertará en los participantes el brote de emociones autónomas y orgánicas que desatan sin pretenderlo el ridículo, y con éste la experiencia de vivir la vida con pasión aceptando nuestra naturaleza burlesca y clown. [1] Según Jesús Jara y su libro “El Clown navegante de las emociones”, Históricamente define al payaso como Gente irreverente, espíritus libres que han hecho de su arte burla del poder, las normas y la religión.