Este trabajo pretende ser un estudio filosófico-literario del pensamiento platónico del alma (esencia, partes y características, vinculación y diferenciación con el cuerpo, reencarnación, inmortalidad…) en el diálogo "República". En primer lugar, cabe destacar la correlación que Platón de Atenas (427 – 347 a.C.) establece entre Idea de Justicia y alma-ciudad. En efecto, a través de la alegoría metafórica y el discurso argumentativo el filósofo griego propone la creación de una polis buena y justa donde sus habitantes posean y pongan en práctica virtudes fundamentales del alma como la valentía, la moderación o la prudencia, entre otras, con el control rector de los gobernantes filósofos. Platón explica que el ser humano tiene tres almas que se encuentran en partes diferentes del cuerpo y se mantienen en conflicto cuando no existe un equilibrio entre ellas. El alma de más bajo nivel se caracteriza por la concupiscencia, el apetito, los deseos sexuales, los vicios y las adicciones, siendo su virtud la templanza. Por su parte, el alma irascible, colérica o vehemente tiene como virtud fundamental la valentía viril y debe luchar contra pasiones como la ira, el miedo o las ansias por la fama y el honor. En el lugar más elevado está presente el alma racional, que desea conocer la verdad y se encarga de dominar las dos almas irracionales. En comparación con la ciudad, el lujo se corresponde con el alma concupiscible, el bien y la simpleza se identifican con el alma irascible, y la razón y la filosofía coinciden con el alma racional. El alma racional es divina, eterna e inmortal, esto es, la única que puede acceder al Mundo de las Ideas tras liberarse de todas las reencarnaciones que debe vivir por su conexión somática.