Este trabajo plantea una relectura de los orígenes del cine en Francia. A partir de filmes de Louis Lumière, Georges Méliès o Ferdinand Zecca, y relacionándolo con escenas de películas contemporáneas como ‘Romance X’ de Catherine Breillat, se aborda el placer escopofílico que generaban las imágenes en los espectadores de esa época.Partiendo del concepto de reconstitución fantástica (basado en Zizej, pero a su vez en el concepto de sublimación de Freud, sintetizado en Laplanche y Pontalis), se propone que el cine volcó/sublimó el deseo escopofílico, considerado obsceno para la moral, en la pantalla de cine.Un primer tipo de películas nos mostrarían lo normativo, como en los filmes de Louis Lumière. Otros títulos, como así lo han mostrado Christian Metz (en el período del cine mudo) o Tom Gunning (en relación con el cine de atracciones) antepondrían el exhibicionismo de la imagen. La idea general es que estas películas mostrarían una fisura en la que se desvelaría la violencia de lo real, en el sentido en que lo desarrolla Lacan. Un estado de la cuestión sobre lo real desplazado en los filmes de Méliès se encontraría en el libro de Luis Martín Arias, En los orígenes del cine).La línea de investigación que se abriría aquí sería la de cómo, bajo la excusa de la moral, se desarrolló el, así llamado por varios autores, morbo escópico. Asimismo, se trataría de apuntar cómo la sociedad se representaría en el cine con la misma división moral, aunque desplazada a lo fantástico, por la que se separó el cuerpo entre la cabeza y lo genésico. Se uniría, junto a lo genésico, escenas de muerte y violencia, mecanismo igualmente atractivo para su visionado precisamente por estar relacionado con lo prohibido (en el sentido en que lo han descrito Foucault y Bataille).