La presencia del ruido en el arte, ha sido históricamente relegada a un aspecto incómodo pero presente de la obra, se pretendía asumir a este elemento como una ausencia, como un espacio no existente de la propia composición; con la fotografía (Castelo, 2016) y la inmersión del arte en la contemporaneidad, nos encontramos ante una nueva perspectiva teórica: ver al ruido como una parte intencional e intrínseca de la expresión artística; con base en ello examinamos las funciones estéticas y representativas del mismo a través del análisis de obra relevante de dos artistas contemporáneos: Zimoun y Lisa Park, quienes mediante la instalación site-specific y performance, utilizan la tecnología como medio para entablar diálogos con el espectador donde el ruido es la pieza central. Nuestros primeros resultados proponen dos categorías de análisis: el ruido como una ventana de introspección subjetiva y el ruido como un espacio de diálogo social.