En la actualidad, la mayoría de nuestros actos comunicativos están mediados por tecnologías cada vez más eficaces y por tanto más veloces, fluidas y ubicuas. Las TIC, en pos de esa rapidez, se vuelven invisibles, haciendo que los elementos que conforman el acto comunicativo se diluyan. Sin embargo, dichos elementos son también constitutivos de la información, condicionan lo que se quiere transmitir y, por tanto, ignorarlos implica no ver muchas cosas que ocurren mientras nos comunicamos. Esta investigación teórico práctica pretende, desde procedimientos artísticos, generar estrategias para la interferencia de la comunicación. Se basa en la hipótesis de que al romper la linealidad de los actos comunicativos es posible generar una pausa que permita percibir los elementos que pasan inadvertidos. Boris Groys (Groys, 2008) aduce que las irregularidades, aquello que se revela como no convencional, es lo que permite al receptor acceder a una capa submediática y así, al romperse el automatismo, delata “la sinceridad del medio”. Esta operación debe ejecutarse interviniendo sobre los propios actos de comunicación, siguiendo la reflexión de Susan Buck-Morrs a propósito de Walter Benjamin “la comprensión moderna de la experiencia se centra en el shock constante de las tecnologías. […] el arte debe realizar una tarea de mayor complejidad para deshacer la alienación provocada por esas tecnologías, pero no evitándolas, al contrario, mediante ellas” (Buck-Morrs, 1992). En resumen, la investigación se enfoca en interferir actos de comunicación verbal y propone metodologías transductivas aplicadas a procesos artísticos. Así, se pretende abrir y dilatar un intersticio en mitad del fervor comunicativo de nuestro tiempo.