La televisión ya no es exclusivamente del televisor. Internet y los dispositivos electrónicos destacan como dos plataformas especialmente atractivas para la distribución de contenido. Esto permite a la audiencia una mayor participación y un uso personalizado. La red permite disfrutar de la programación televisiva con la ventaja de poder escoger lo que se ve, sin imposiciones aparentes y viviendo una experiencia “a la carta”, libre de horarios impuestos.Las ventajas de la red no son únicamente para el público. Al poseer una plataforma que permite y aplaude la creatividad, y en un contexto tan abierto y receptivo como el contemporáneo -con amplias posibilidades de difusión y comunicación- los creadores encuentran en la red un lugar en el que crear nuevas producciones audiovisuales. Así nacen las webseries, un paso más en la revolución del panorama de la ficción serial.Al encontrarse entre la espada y la pared, los canales tradicionales tuvieron que escoger entre renovarse y morir, y tras pasar por tres etapas (rechazo hermético, tímido acercamiento y convergencia entre ambos medios), llegaron a la situación actual, donde las networks reconocen el valor de las webseries y pactan con sus creadores para pasarlas a la pequeña pantalla, consiguiendo así atraer al codiciado sector demográfico de la juventud.Gracias a estos pactos, la televisión se está renovando y volviendo más inclusiva, más cercana al espectador. Dos casos actuales especialmente interesantes resultado de estas negociaciones son las comedias Broad City (ahora en Comedy Central) e Insecure (actualmente en HBO). Estas dos series mantienen sus creadoras-protagonistas, su esencia y su discurso: rebelde, comprometido, controvertido e hilarante. La reivindicación desde el humor y la diversidad de personajes y situaciones hacen que estas ficciones sean una herramienta de concienciación para un espectador que busca calidad en el contenido que visualiza.