Las obras de Kimsooja -A Needle Woman 1999-2001 y A Homeless Woman, Cairo, 2001- pueden ser consideradas una reivindicación de la ausencia de la mujer en la imaginería budista. En la actualidad, las monjas budistas coreanas son independientes de los monjes, lo que las sitúa en igualdad de condiciones con ellos. Sin embargo, el budismo en Corea, solo cuenta con deidades masculinas. Cuando fue introducido en Corea tuvo que adaptarse a unos parámetros donde la mujer ya tenía asignado un rol con unas funciones específicas. Paradójicamente, a diferencia del cristianismo, que fue exportado y enseñado por la élite confucianista a la sociedad de la época. Y del chamanismo, la religión autóctona de Corea, donde la mujer tiene un papel protagonista, el sistema patriarcal no favoreció la existencia y la representación de diosas budistas en la historia del arte coreano. Una ausencia que, también, se observa en el arte contemporáneo coreano. El propósito de esta comunicación es formular una interpretación alternativa de naturaleza crítica de las citadas obras de Kimsooja, que pretende cubrir ese vacío. La metodología empleada será histórica-analítica, filtrada desde una perspectiva de género. Se expondrán brevemente las conexiones entre el origen del budismo en Corea y la sociedad patriarcal. Se tratará de identificar, desde su origen, cómo se incorporó el budismo a la sociedad coreana. Puesto que se pretende mostrar que no revolucionó los cimientos de la sociedad coreana patriarcal, por el contrario, tuvo que encajar en las estructuras sociales preexistentes. El resultado de este estudio revela la opresión que el sistema patriarcal ha ejercido sobre las mujeres en Corea durante siglos. Hasta el punto de eliminarlas de la imaginería budista. En este sentido, la obra de Kimsooja atestigua la entereza de la mujer coreana frente a un poderoso y obsoleto sistema.