Hablar de trastornos en el desarrollo significa aceptar que todos los niños necesitan apoyo y orientación durante su crecimiento. Algunos lo necesitan en un grado mayor de ayuda e incluso requieren de una atención especial durante ciertas etapas de la vida y por periodos de mayor o menor duración. DESARROLLO: entendido como los cambios continuos que se producen desde la concepción hasta la muerte, o en ocasiones si existe enfermedad, hasta la degeneración de los tejidos. TRASTORNO: es la perturbación de una función, cuando esta se define como la acción especial, normal o propia de cualquier órgano. El primer paso es conocer las fortalezas y debilidades del menor dentro del mismo trastorno del desarrollo. Los niños que los presentan deben ser tratados en forma integral, atendiendo a las mismas características especiales que puedan presentar. Así como un diagnóstico temprano y diferencial para una mejor evolución y tratamiento. TGD (trastorno generalizado del desarrollo) presenta una perturbación grave en varias áreas del desarrollo:  relación social,  comunicación, intereses y actividades estereotipadas; el más común y estudiado en la actualidad es autismo, dentro del cual podemos encontrar también el Síndrome Rett, Asperger,  Trastorno Desintegrativo Infantil y  Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado. Todos ellos comparten alteraciones del desarrollo causas, signos y manifestaciones. Existen manifestaciones clínicas, las cuales dependerán de la gravedad del mismo trastorno entre las que se encuentran: a) comunicación e interacción social inadecuada; b) capacidad intelectual; c) dificultades en atención y memoria; d) alteraciones en el lenguaje y el pensamiento; e) dificultades en psicomotricidad. El cerebro del niño, es un cerebro en desarrollo, por tanto sus capacidades y funciones varían de acuerdo a la etapa evolutiva del mismo, por lo que es fundamental realizar evaluaciones periódicas que puedan dar información indicando el funcionamiento correcto o alteraciones del cerebro del niño.