Identifier
Event
Language
Presentation type
Topic it belongs to
Subtopic it belongs to
Title of the presentation (use both uppercase and lowercase letters)
Presentation abstract
Long abstract of your presentation
En
la mayoría de los casos donde las personas son acosadas por su apariencia
física, el victimario ha sido colonizado por un patrón o un condicionamiento
cultural. Nos dicen que el cuerpo perfecto es aquel que exhiben las modelos en
las revistas, y hay muchos programas de acondicionamiento físico, concursos,
aparatos, dietas milagrosas promoviendo la idea de que, para ser aceptado,
conseguir el amor y la felicidad, se requiere llegar a semejante ideal corpóreo.
Los jóvenes son presa de estas “plantillas” de vida siendo muy pequeños. Desde
el instante en que le entregan a una niña una muñeca como la Barbie, la están,
sutilmente, determinando para que en el futuro alcance esas tallas, se vista de
esa forma y se comporte igual que el juguete; se le está sugiriendo un modelo
de lo femenino que únicamente defiende un tipo de cuerpo y una manera de ser[1].
Los juguetes y la propia ropa producidos por las grandes marcas que diseñan
para niños y niñas, se fundamentan en esta cultura del cuerpo que, solo valida
unas medidas, un peso y unas características para definir lo hermoso, lo
agradable, lo aceptable. Los niños y jóvenes aún no han desarrollado suficiente
consciencia acerca de sus cuerpos para contrarrestar semejante patrón. Como
consecuencia, suelen ser colonizados por el mismo.
Cuando
tenía cinco o seis años, me encantaba que llegaran las ocho de la noche. A esa
hora, mi mamá y las de todos mis amigos en el barrio donde crecí, nos daban
permiso para que saliéramos a jugar. Vivía en una vereda en Cuba, y en aquel
entonces, no existían los celulares; incluso, ni siquiera contábamos con un teléfono
fijo cerca, menos una computadora. Nos fascinaba jugar bajo un árbol de
almendras que había frente a la casa de mis abuelos paternos. Todos los juegos
incluían una fuerte actividad con el cuerpo: correr, saltar, volverse pequeño
para esconderse, transformarse. Aún recuerdo la sensación de libertad,
expansión, relajación, espontaneidad que había en mí, diariamente, sobre todo a
la “hora del juego”. Esta es la misma sensación con la cual aprendí a definir
mi cuerpo durante mis años de estudio de la actuación en el Instituto Superior
de Arte de Ciudad de La Habana. En el teatro y la danza, no percibes la belleza
del cuerpo a partir de unos patrones impuestos por la cultura; sino desde esa
sensación de libertad, apertura, relajación, expansión que se consigue con
diversos entrenamientos corporales.
Desde
hace más de 18 años, me dedico a entrenar personas para que logren desempeños
comunicativos exitosos en una presentación oral, una negociación, una
entrevista mediática, etc. Esto lo hago utilizando herramientas, ejercicios,
principios, que provienen del teatro y se sustentan, sólidamente, en hallazgos
recientes de las neurociencias. Lo que busco mayormente en estas personas es
desbloquearlos, permitirles a sus cuerpos expresar de manera fluida, ordenada,
precisa, lo que quieren decir a través de las palabras. Cuando se produce en
ellos una simbiosis y coherencia perfecta entre lo verbal y lo no verbal, vemos
individuos que actúan con gran naturalidad frente al público y gracias a ello,
cautivan la atención y cumple exitosamente sus propósitos comunicativos. Si las
sociedades actuales, en vez de centrar su mirada sobre el cuerpo, en aspectos
estéticos que no son “naturales”, sino impuestos por la industria de la
belleza, el modelaje, entre otras; promovieran una percepción de lo corporal
más ligada a la relajación, la fluidez del gesto, la creatividad, la apertura,
seguramente bajaríamos el número de estudiantes que se suicidan por bullying
relacionado con la apariencia física. ¿Cómo se podría hacer realidad esto a
través de la educación? La respuesta podría encontrarse en adoptar, como aspecto
central de los currículum académicos, materias como Expresión Corporal,
Oratoria, Juegos teatrales, entre otras posibles.
Sin
embargo, ¿por qué no lo hacemos? En parte gracias al desconocimiento y en parte
debido a que la educación occidental, bien lo sabemos, ha priorizado la
inteligencia lógico-matemática, por encima de lo que podríamos llamar una
“inteligencia espacial” o “corporal”; lo cual va en contravía con varios de los
últimos descubrimientos en el campo de las neurociencias. Guy Claxton (2016), por
ejemplo, nos ha demostrado que en la relación cuerpo-mente, el cuerpo suele
comandar; es decir, el impacto del mismo sobre la mente suele ser más alto que
el de la propia mente sobre el cuerpo: “(…) estamos esencialmente constituidos
para la acción, no para el pensamiento o la comprensión. (…) El pensamiento es
un instrumento desarrollado recientemente en respaldo de la acción inteligente.
(…) El cerebro es el criado, no el señor del cuerpo” (p-. 19). Siendo así,
habría que estimular un aprendizaje mayor en torno al cuerpo y una consciencia
acerca de los mecanismos mediante los cuales este incide en los comportamientos
mentales y sociales del individuo.
La
psicóloga Amy Cuddy se hizo muy reconocida por su charla TED. “El lenguaje no
verbal moldea nuestra identidad”, idea que desarrolla en el libro “El poder de
la presencia”. Para Cuddy, deviene esencial que los individuos aprendan a
construir el poder personal a través de lo que hace su cuerpo. Un humano
poderoso, difícilmente será víctima de bullying, pues: “El poder no solo nos
expande la mente, sino también el cuerpo. El lenguaje corporal expansivo y
abierto está estrechamente asociado con la dominación en el reino animal, como
en el caso de los humanos, de primates no humanos, de perros, gatos,
serpientes, peces y aves, y de muchas otras especies. Cuando nos sentimos
poderosos, nuestro cuerpo se expande.” (p. 170). Cuddy también demuestra que,
si se parte desde el cuerpo, es decir, si se logra la apertura, la expansión
del mismo, la persona automáticamente comenzará a sentir un mayor poder
personal. ¿Pero cómo abrirme si esto implica “mostrarme” y al mostrarme ante
los demás, no estoy siguiendo unas reglas de tallas, formas, vestuario,
posesiones de objetos, etc.? Y si no sigo esas normas, es claro que los demás
“tienen derecho” a, según la legalidad que están adoptando, burlarse de mí,
maltratarme, agredirme. Si “los demás” hubieran sido educados en una percepción
diferente del cuerpo, más ligada a su verdadera naturaleza, seguramente no se
comportarían de esa manera. Siendo realistas, falta mucho camino todavía para
que la escuela contemporánea comprenda y asuma estos saberes y prácticas
recientes de las neurociencias y el teatro en torno al cuerpo y su impacto en
la educación.
Imagine all
the people
Living life in peace
You may say
that I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will be as one[1]
[1] Imagina a todo el mundo,
viviendo la vida en paz...
Puedes decir que soy un soñador,
pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros,
y el mundo será uno solo.
Buzz,
Mauro y Deb Gottesman (2009). Técnicas
para hablar en público, utilizando las estrategias de los actores. Editorial
Urano.
Cardona,
Patricia (1993). La percepción del
espectador. México: INBA/Centro Nacional de Investigación, Documentación e
Información de la Danza.
Cuddy,
Amy (2015). El poder de la presencia.
Barcelona: Urano, S.A.U.
de Bono,
Edward (2016). Yo tengo razón, tú estás
equivocado. Málaga: Sirio.
Denning,
Stephen (2005). La estrategia de la
ardilla. Barcelona: Urano S.A.
Ekman,
Paul (2010). Cómo detectar mentiras.
Buenos Aires: Paidós.
Gallo,
Carmine (2011). Las presentaciones:
secretos de Steve Jobs. Cómo ser increíblemente exitoso ante cualquier
auditorio. México: McGraw-Hill.
Gardner,
Howard (1998). Mentes líderes. Una
anatomía del liderazgo. Madrid: Paidós.
Guía ilustrada para el entrenamiento vocal, en
Revista Máscara. Año 2, nros. 4/5. Col. Escenología, México, abril de 1991.
Heath Chip & Dan Heath (2014). Ideas
que pegan. Bogotá: LID Editorial Empresarial y Ediciones de la
U.
Iacoboni,
Marco (2009). Las neuronas espejo. Buenos Aires: Katz Editores.
Johnstone, Keith (1990). Impro. La
improvisación y el teatro. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.
Navarro,
Joe (2008). El cuerpo habla. Málaga:
Sirio.
Punset, Eduardo
(2010). Viaje a las emociones. Las claves
que mueven el mundo: la felicidad, el amor y el poder de la mente.
Barcelona: Destino S.A.
Quintero,
Adyel. (2019). La construcción del personaje público: estrategias teatrales
para comunicarse con efectividad. Bogotá: Editorial del CESA.
[1]
Sería maravilloso ver algún día más muñecas negras, bajitas de estatura, gordas; con una gama más
amplia de cuerpos, formas, tamaños, lo que respondería de manera natural a la
diversidad que nos caracteriza como especie.
Keywords (use both uppercase and lowercase letters)
Main author information
Co-authors information
Status:
Approved