El campo educativo se benefició significativamente al incluir tecnología con fines pedagógicos; en la actualidad existe variedad de recursos que se pueden emplear para desarrollar los cursos de tal forma que el estudiante actual, un ser tecnológico por naturaleza, se interese por una propuesta de trabajo innovadora. El uso de aplicaciones móviles y el empleo de recursos tecnológicos para la enseñanza y el aprendizaje modifican la naturaleza tradicional de la educación, permitiendo que el alumno tenga contacto directo con el contenido para ser colaborador en la obtención del conocimiento. Para validar la eficacia de la aplicación de recursos tecnológicos en el proceso de enseñanza – aprendizaje se eligió a un grupo académico de la Escuela Normal Experimental Rafael Ramírez Castañeda, ubicada en el estado de Zacatecas, México. En el diagnostico se identificó que los docentes que trabajan con el grupo de intervención saben qué es la tecnología educativa pero no la aplican; los docentes encuestados coinciden con que hacen uso de recursos como computadora, internet, y teléfono celular, pero no para su aplicación en el aula, sino sólo para entretenimiento y preparación de los cursos. Los alumnos afirman que el uso promedio de recursos tecnológicos durante su día es de ocho horas, pero sólo dos son con fines educativos para realizar trabajo escolar; afirman que raramente son usados dentro de aula. La propuesta presentada fue basada en aplicaciones educativas haciendo uso de internet, el teléfono celular y la computadora. La respuesta fue favorable en comparación con otro grupo de estudiantes en el que se desarrolló el contenido evitando el uso de recursos tecnológicos. El empleo de aparatos y recursos tecnológicos en el proceso de enseñanza – aprendizaje fomenta el interés y la motivación de los estudiantes por aprender, así como facilita la conceptualización a partir de la información presentada.