Cuando se habla de Inclusión usualmente el lector se traslada al ámbito de la discapacidad, sin embargo, la inclusión se refiere al cambio que ha sufrido el pensamiento del docente en el aula para pasar de una cultura homogenízate a la heterogeneidad de sus estudiantes. Así los contextos de encierro no están exentos, no se pueden ver como aulas que deben cumplir con un currículo fijo, sin tener en cuenta al otro, ¿quién es?, ¿cuáles son sus habilidades? y ¿qué le ha de aportar el sistema educativo? - son cuestiones que siempre deben hacerse, un aula es un aula, sin importar las paredes o el contexto-. El docente es un agente mediador entre las competencias a desarrollar y los estudiantes, es por ello que debe realizar su práctica brindando espacios que potencien sus habilidades, teniendo en cuenta sus estilos de aprendizaje e intereses, el Diseño Universal de Aprendizaje – DUA- favorece la construcción de un ambiente pensado en ellos, para ellos, desde sus tres principios de, representación, expresión y motivación.  Surgiendo el concepto de mediación pedagógica. la cual es entendida en este trabajo como una interacción educativa orientada por el docente, que actúa con la intención de intervenir sobre las habilidades cognitivas de los estudiantes, realizando un acompañamiento cercano y seleccionando las condiciones óptimas para permitir que los aprendizajes surtan en los estudiantes a través de las actividades, las intervenciones y el material didáctico que se implemente en el proceso de Enseñanza – Aprendizaje, permitiendo que el estudiante construya su propio conocimiento, desarrolle habilidades que potencialicen su ser humano y aprenda para la vida. (Tébar, 2009; Espinosa, 2016).