La sociedad actual es resultado de los cambios acontecidos en las últimas décadas y que han hecho posible la transformación a nivel territorial, demográfico, político, cultural, social y educativo, entre otros. Fruto de esa transformación han surgido nuevas costumbres y tradiciones pero también nuevas condiciones de vida que otorgan identidad a los grupos y explican el comportamiento humano. Las crisis económicas, motivadas por conflictos bélicos, fluctuaciones económicas a nivel mundial o por catástrofes naturales provocan que la ciudadanía tenga que tomar decisiones para mejorar su imprevisible futuro y tenga que abandonar sus orígenes y establecerse en regiones que, en muchos casos, sobrepasan sus límites geográficos y/o los establecidos a nivel personal. Sin embargo, ello es posible gracias a que vivimos en un entorno globalizado. La migración de la población es una característica de nuestro siglo. Si anteriormente se producía entres quiénes vivían en el campo para trasladarse a la ciudad, motivados por la ilusión de lograr mayores oportunidades en un “mundo industrializado”, actualmente se produce buscando estabilidad o mejores oportunidades laborales o, incluso, la supervivencia. En esta realidad, las TIC se han convertido en una necesidad e incluso motivo de exclusión por lo que ya no son un recurso a disposición de quiénes quieran utilizarlas. En los fenómenos migratorios el uso de la tecnología es un factor relevante para no formar parte de grupos vulnerables. Por tanto, la adquisición de habilidades digitales se convierte en garantía de éxito para lograr la inclusión de estas personas en los contextos de acogida. En esta comunicación se presentan como propuesta un conjunto de estrategias a nivel educativo para mejorar la situación de las personas migrantes poniendo el énfasis en la necesidad de empoderarse y participar para dotar de identidad su experiencia en contextos globalizados mediante la adquisición de competencias digitales.