Las sociedades actuales se caracterizan por flujos y migraciones poblacionales en distintos lugares del planeta, fundamentalmente debido a causas políticas, culturales, socioeconómicas o bélicas, entre otras problemáticas. Y los receptores o de acogida  tienen la responsabilidad legal y ética de ofrecer las posibilidades adecuadas para la integración de dichas poblaciones en el ámbito personal, educativo, social y laboral.Sin embargo, e muchas ocasiones las políticas de acogida se limitan a cuestiones burocráticas, sanitarias y laborales, en el mejor de los casos. Y aunque tienen una gran importancia, no completan las necesidades globales de estas personas.De forma específica, en el ámbito de la educación, requieren de una atención especial, no solo para procurar su rápida integración, sino para facilitar el desarrollo de sus máximos potenciales como nuevos ciudadanos de pleno derecho, que es el fin último que debe plantearse en cualquier sistema educativo.  Y en estos procesos la orientación, la tutorización y la acción tutorial juegan un papel fundamental.Algunos de los aspectos más importantes dentro de la tutorización de los procesos de formación deben hacer referencia a las acciones que faciliten alcanzar aprendizajes efectivos y eficientes, en cuanto a su consecución y a su aplicación práctica. Y para alcanzar estas metas hay que considerar aspectos que hacen referencia al desarrollo personal, como la autoestima, e inteligencia emocional; a la mejora de los aprendizajes, como las estrategias de aprendizaje, autorregulación de los aprendizajes y técnicas de estudio; y a la capacitación para la integración social y laboral, con el desarrollo de competencias de empatía, comunicación y aceptación de la diversidad.