Efectividad de las tutorías virtuales en tiempos de pandemia en la carrera de derecho. Universidad Santo Tomás, sede Iquique, Chile

Palabras claves: tutoría- aprendizaje en línea-pandemia-eficiencia de la educación- estudiante universitario.

Los Centros de Aprendizaje (CA) tienen por objetivo contribuir a la mejora continua de los procesos de enseñanza-aprendizaje por medio de diversas acciones de apoyo académico complementario para los estudiantes, y de formación pedagógica y desarrollo docente para los académicos, con miras a fortalecer una comunidad educativa comprometida con la calidad del proceso de formación y alineada con el Modelo formativo. La Universidad Santo Tomás (UST) tiene presencia nacional con 13 sedes, donde los centros de aprendizaje tienen dependencia funcional de la Dirección Nacional de Procesos de Enseñanza - Aprendizaje y una dependencia jerárquica de la Dirección Académica. Su quehacer responde a las estrategias y lineamentos institucionales definidos por la Vicerrectoría Académica y de Investigación y Postgrado, en respuesta a los requerimientos de implementación del Modelo formativo y las necesidades de apoyo académico de los estudiantes.

Las acciones orientadas a los alumnos se ordenan a las distintas necesidades de apoyo académico dependiendo de su perfil de ingreso, así como a las que surgen durante su proceso de formación en aspectos genéricos y disciplinares de los respectivos planes de estudio. Por otra parte, el CA en cada una de las sedes gestiona y canaliza la oferta de las actividades formativas y de desarrollo docente, implementando anualmente el Plan de Desarrollo y Formación Docente de la VRAIP. Adicionalmente, desde el segundo semestre de 2015, gestiona los procesos relacionados con la ejecución del Plan de Acompañamiento Docente, el cual se desarrolla como una instancia relevante de orientación al docente, enmarcado en la auto reflexión sobre el desempeño docente para la mejora continua.

 El acompañamiento de estudiantes puede revestir diferentes formas en su concreción práctica, pero fundamentalmente es de carácter facilitador del desarrollo de competencias. Como menciona Flórez (2001), “La formación, concepto desarrollado inicialmente en la Ilustración, no es sustituible por habilidades y destrezas particulares ni por objetivos específicos de instrucción. Más bien, los conocimientos, aprendizajes y habilidades son medios para formarse como ser humano; la formación es lo que queda, es el fin perdurable” (p. 13).

Cabe destacar que 89,3% de los docentes señalan conocer cabalmente las funciones del CA y derivan a los estudiantes en caso de necesitarlo. La valoración de los alumnos ha ido mejorando en el tiempo: en 2018 evaluaban con nota 4,8 el apoyo brindado por los centros, mientras en 2019 los evalúan con nota 5,0.

El año 2020 la pandemia ha sido causante de cuarentenas totales generando una educación a distancia en la UST.

La institución ha implementado diversas estrategias pedagógicas para apoyar a los estudiantes de todos los niveles con el objetivo de ayudarles a mejorar sus aprendizajes en distintas asignaturas dictadas a lo largo de las carreras. 

En el contexto de educación superior, la tutoría cobra una especial importancia, como lo manifiestan Díaz y Pinzón de Santamaría (2002): “Definitivamente currículos universitarios flexibles, sin contar con el servicio de tutoría, son impensables. Se ponen en riesgo la calidad y los objetivos de enseñanza-aprendizaje.” Esto se afirma principalmente pensando en que un estudiante que inicia su educación universitaria en medio de las actuales características del proceso, podría ser un firme candidato a la deserción al no contar con el apoyo necesario en lo referente al manejo autónomo de su proceso educativo.

Desde los inicios del siglo XXI la tutoría ha sido objeto de una revaloración; se le considera un poderoso instrumento del cual pueden disponer las instituciones y los docentes para mejorar sensiblemente tanto la calidad como la pertinencia y la equidad del proceso educativo. Por esa razón resulta oportuno abordar las labores de tutoría como una forma de fortalecer la docencia universitaria Narro y Arredondo (2013). Desarrollar un acompañamiento personal a los estudiantes para que, a lo largo de su trayectoria escolar, se facilite la adquisición, desarrollo y fortalecimiento de conocimientos, habilidades y actitudes que conllevan al logro de aprendizajes significativos y autónomos. Por lo que es indispensable que los estudiantes cuenten con un programa formal de tutorías que les permita incrementar sus habilidades de investigación enfocadas a la obtención del grado académico Hernández, Jiménez y Guadarrama (2016).

Los indicadores con relación a la asistencia de los estudiantes en un contexto presencial eran buenos, pero con muchas actividades de motivación para ingresar voluntariamente a las sesiones con los tutores. Durante esta pandemia el aumento de asistencia e interés en la participación de las tutorías, en estudiantes de primer año, llegaron un 72,4% en diurno y a un 48,2% en vespertino, indicador sobresaliente, ya que, durante todas las sesiones los estudiantes llegaban voluntariamente creando espacios de aprendizaje enriquecidos por el apoyo académico del tutor/a (Tabla N°1).

En sede Iquique, esta nueva realidad significó que en primer año hubo un aumento en la cobertura total y en la asistencia a las tutorías. Este análisis pudo constatar que la carrera de derecho, en las jornadas diurno y vespertino, tuvo porcentajes significativos respecto a la petición de tutorías digitales.

Esta variación es importante, ya que, la efectividad de estas tutorías ha conllevado que los estudiantes tengan mejores calificaciones en las asignaturas deficientes y que la asistencia sea constante permitiendo un avance curricular.

En relación a la cobertura en estudiantes, el año 2019 el CA arroja un total de 7.739 atenciones, mientras que el año 2020 las atenciones totalizan 15.876, superando por el doble el número registrado el año previo.

En la carrera de derecho durante el año 2020, los indicadores fueron favorecedores en comparación al año anterior, en el cual se realizaban tutorías presenciales. Ello se evidencia al revisar los indicadores del año 2019, donde asisten 30 estudiantes de la jornada diurna y 52 estudiantes en jornada vespertina, Avance SGL UST (2019). En comparación al año 2020, la asistencia en jornada diurna es de 58 estudiantes y 51 alumnos en vespertino, Avance SGL UST (2020).

Este logro es significativo, ya que la continuidad en asistencia fue permanente durante el año académico 2020, conllevando a que los estudiantes tengan mejores calificaciones en sus asignaturas complejas, destacando la efectividad de las tutorías virtuales realizadas en el contexto de pandemia.

Tabla N°1:

Fuente: Avance SGL UST, 2020.

*Rut, Rol Único Tributario es el número identificatorio único e irrepetible que posee todo chileno resida o no en Chile y también de todos los extranjeros que permanezcan en Chile, de manera temporal o definitiva.

 Tabla N°2:

Fuente: Avance SGL UST, 2020

Para Martínez et al. (2014) “en la actualidad, la tutoría universitaria resulta singularmente apropiada y necesaria para dar respuesta a las demandas del nuevo modelo universitario”. La diversidad que hoy se vive en las aulas universitarias constituye una realidad que invita al cambio y a dar respuestas integrales que promuevan la equidad y la inclusión efectiva en las instituciones de educación superior.

La acción tutorial en Chile, por lo tanto, ha dejado de ser un elemento ajeno a las universidades del país y se ha transformado en una pieza clave en la concreción de políticas públicas en favor del desarrollo y del éxito académico de los estudiantes terciarios.

En conclusión, a partir de los indicadores obtenidos en el ámbito de la cobertura y de la asistencia a las tutorías en línea, se visualiza un creciente interés por parte de los estudiantes y académicos por lograr objetivos y resultados de aprendizaje al amparo del modelo formativo de la Universidad Santo Tomás. Esto hace prever que las tutorías en línea llegaron para quedarse en esta comunidad académica, permitiendo amplificar los conocimientos a los estudiantes.

Referencia bibliográfica

Díaz, T. A., Pinzón de S. B. (2002). Excelencia académica y formación integral. Memorias del congreso internacional Intercambio de experiencias en programas universitarios de tutorías. Bogotá: Universidad del Rosario, ICFES.

Flórez, R., Tobón, A. (2001): Investigación educativa y pedagógica. McGraw-Hill: Bogotá. 

Martínez Clares, Pilar, Mirian Martínez Juárez y Javier Pérez Cusó (2014), “Tutoría universitaria: entorno emergente en la universidad europea. Un estudio en la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia”, Revista de Investigación Educativa, vol. 32, núm. 1, pp. 111-138.

Narro, J., y Arredondo, M. La tutoría: un proceso fundamental en la formación de los estudiantes universitarios. Perfiles educativos, 35 (141), 132- 151 (2013)

Hernández, C. A., Jiménez, M., y Guadarrama, E. La Percepción de la Motivación y Satisfacción de la Tutoría Recibida en Estudios de Posgrado Perception of the Motivation and Satisfaction Received from the Tutoring in Graduate Studies http://doi.org/10.4067/S0718-50062016, 9, 49-58 (2016)