El antiguo arte de la dialéctica que Aristóteles sistematiza en los Tópicos y en las Refutaciones sofísticas es descrito allí como un método universal para el saber. Frente a la interpretación tradicional, que considera el posterior hallazgo del método apodíctico como una superación del precario método de la dialéctica, sostenemos en cambio que la dialéctica para Aristóteles continuaba siendo un método fundamental de investigación que no fue simplemente desestimado ante la perfección hallada en el silogismo demostrativo, sino que convivía con él. Mientras la demostración científica constituye una especialización del método del silogismo —hallado en la dialéctica— al ámbito de la necesidad, la universalidad de la dialéctica, por el contrario, le permite razonar sobre cualquier cosa. El método demostrativo es más exacto para investigar aquellas cosas que son o llegan a ser por necesidad. Ahora bien, fuera de los límites de lo necesario, como por ejemplo en los ámbitos de la ética o la política, es la dialéctica el único procedimiento posible para acercarse a la verdad. La universalidad de este método, que por un lado condena a la mera probabilidad o a la negación, por otro lado posibilita un discurso legítimo acerca de “lo que puede ser de otra manera” (Ét. Nic., VI, 4, 1140a 1). Según defenderemos en esta comunicación, los procedimientos descritos en los Tópicos y en las Refutaciones podrían también hoy reivindicarse justamente como método para muchas disciplinas humanas.