Actualmente en el contexto colombiano se hace necesario poner en valor el arte constituido como patrimonio cultural (material e inmaterial), en respuesta a la problemática que enfrenta, en esencia, baja apropiación social por parte de los ciudadanos. Síntomas como vandalización, falta de mantenimiento, perdida de su reconocimiento como valor patrimonial e incluso colapso total, lo ponen en riesgo de deterioro e incluso de desaparición, lo cual supone una grave pérdida en términos de identidad cultural. Se ha planteado, a manera de hipótesis, que esta problemática es causada por la baja apropiación por parte de los ciudadanos y esto a su vez por el desconocimiento hacía su propio patrimonio representado en bienes muebles e inmuebles. Por otro lado, actualmente en Colombia se empieza a masificar la denominada “Economía Naranja”, de la cual el presidente del país es impulsor, y cuyas políticas han dado cada vez más importancia a las llamadas “industrias culturales” y “creativas”. Desde la perspectiva del diseño digital este contexto supone un escenario de oportunidad sumamente interesante, dado que desde su saber es posible contribuir sustancialmente, mediante ideas innovadoras concebidas a la manera de estrategias comunicativas centradas en el uso de entornos digitales hiper y trans media, a generar apropiación social de hacia el patrimonio cultural, mediante su difusión. Difícilmente alguien se apropia de aquello que desconoce, por tanto, en la medida en que se difunda, se gana en reconocimiento y, en consecuencia, en apropiación. A manera de ejemplos prácticos, se presentan propuestas realizadas sobre el arte público monumental y escultórico bogotano y la Catedral de Sal de Zipaquirá en Colombia.