Las consideraciones en torno a la naturaleza de los genes han ocupado, y todavía ocupan, un lugar central dentro del corpus teórico de la filosofía de la biología. La razón de ello se debe a la amplia presencia que esta entidad tiene dentro de las diversas ramas que conforman la actual investigación biológica. Si bien existe un claro consenso general acerca de la importancia explicativa de estas entidades, no se puede afirmar lo mismo en lo relativo a su definición. La articulación del concepto molecular de gen en la década de 1960 permitió zanjar esta disputa en torno a la definición adscribiendo al gen unas propiedades estructurales, funcionales y causales, claras y precisas. No obstante, para la década de 1970 numerosos fenómenos como el empalme alternativo o la edición del RNA empezaron a poner en cuestión la primacía de esta definición: comenzaba la fase de deconstrucción del concepto molecular de gen. A pesar de haber sido objeto de una profunda revisión teórica, el concepto molecular de gen continúa siendo en la actualidad el punto de referencia de una gran parte de biólogos. El objetivo de la ponencia consistirá en tratar de evaluar la validez y pertinencia del concepto molecular de gen. Para ello, se articulará esta definición bajo cuatro parámetros básicos íntimamente interconectados: 1. Definición estructural. 2. Definición funcional. 3. Agencia causal. 4. Especificidad causal. Un análisis detallado de cada uno de los puntos anteriores nos permitirá concluir: En primer lugar, la inadecuación de este concepto dado el estado actual de la biología. En segundo lugar, la necesidad de articular definiciones más laxas e integradoras que permitan dar cuenta de las particularidades de los fenómenos biológicos.