Hechos noticiosos de conocimiento global, dieron a conocer a Ecuador como uno de los países más golpeados por la pandemia del Covid 19 en Latinoamérica. Entre los meses de marzo- abril, se registraron cifras que evidenciaron que el pico más alto de contagios y muertes se dio en la ciudad de Guayaquil, evidenciando carencias en la red de salud pública, y sacando a la luz una deficiente y poco efectiva administración, y planificación gubernamental en el tema. En este contexto de crisis, se agudizó un fenómeno comunicacional muy particular: la viralización de información falsa (bulo) a través de redes sociales. Facebook, y WhatsApp fueron los medios por los que esta información se transmitió sin restricción. Audios de ciudadanos suplicando se lleven cadáveres de familiares que no lograron ser atendidos en hospitales públicos o privados, videos de personas abandonando cuerpos en las calles y hasta fotografías de cadáveres en descomposición inundaron las cuentas de estas redes en los meses mencionados. No todas ellas fueron verdaderas. La situación descrita permite fomentar una reflexión en torno a la inadecuada utilización de las Tecnologías de la Información, y la Comunicación en momentos de crisis. ¿Hasta qué punto puede afectar la propagación de información no comprobada en un momento crítico? En base a lo descrito, se plantea una ponencia que tomará como eje de análisis a ciertos casos que se consideraron relevantes en los tiempos en que la ciudad de Guayaquil vivió un aumento incontenible de muertes. Esta propuesta se enfocará en la serie de publicaciones que se compartieron por ciudadanos ecuatorianos, y los efectos que dicha actividad generó en el imaginario colectivo de una sociedad en particular.