La comunidad de aprendizaje comprende diversos actores y todos participan en el intercambio de saberes. Sin embargo, para hacer posible el mayor logro de los estudiantes, los docentes deben priorizar las interacciones significativas entre ellos (Perrenoud, 2007). Nuestra propuesta nace aquí. Un punto débil en nuestra educación es la Lectura; pocos leen por gusto y los resultados de las evaluaciones nacionales internacionales son desalentadores. La apuesta sigue estando en el inicio de la vida escolar. Formar lectores desde que los niños tienen contacto con el lenguaje escrito es una ardua tarea. El trabajo desarrollado con un grupo de segundo grado de primaria incluye temas de inclusión de forma sutil; y son para consolidar lo que la docente ha trabajado desde el inicio del ciclo escolar. Un alumno del grupo tiene discapacidad motriz, su competencia lectora está por encima del resto del grupo. Combinamos actividades de fomento a la lectura, actividades para desarrollar la competencia lectura, actividades de trabajo colaborativo y actividades de inclusión. Seleccionamos textos con temas relacionados con las diferencias. Para cada texto diseñamos una estrategia coordinada por Mateo, el alumno con discapacidad, es hábil con la computadora. Aunque son diferentes las estrategias todas tienen que ver con la dinámica de armar, como los rompecabezas. Inconscientemente los rompecabezas nos pueden llevar a incluir a todos, valorando las diferencias de cada uno; porque encajamos por nuestra forma de ser no por lo que nos falta. Y por otra parte son un juego que se ha practicado por generaciones, es fácil de entender, fácil de trabajar individual y grupalmente. Si queremos ayudar a otras personas, en especial a los niños, a que se vuelvan lectores ávidos y, lo más importante, reflexivos, necesitamos saber cómo crear un ambiente de lectura favorable  (Chambers, 2007)